sábado, 18 de octubre de 2008

A las docentes, que son madres, en su día.


MADRE

La primavera te sorprendió
Pintando tonos de amor
En tu cuerpo de doncella.
Canto de nuevos amores
Gestando suaves colores
Y dando a luz con dolor
años de entrega
Y desvelo.

Y en el verano, tu suelo
Sembrado en frutos sabrosos
Convirtió en huerto oloroso
Con las fragancias de hogar
Senderos que al caminar
De la mano de tus hijos
Les ofreció fiel cobijo
Comenzando a madurar.

Y fue el otoño testigo
De recompensas ganadas.
De vidas ya encaminadas
En el destino seguro.
Fuiste construyendo un muro
Mezcla de sabiduría
Con enseñanzas de vida
Que solidez aportó.

Y es al llegar el invierno
Que reposas de tus obras
Y recibes melodiosas
Risas y besos queridos.
El regalo de tus hijos
Quienes ahora te dan
El pasar de madre a abuela
Y disfrutarlos en paz.

Madre: oficio de una vida
A semejanza divina.
Ramillete de colores
De afectos y sinsabores
Madre, hoy te rindo honores.
Y quiero imitar tu andar.

No porque hoy sea tu día.
Sino por lo que eres tú.
Amparo, cobijo, guía.
Mensajera del amor.
Madre. Ausencia sentida
O presencia retenida
En lazos del corazón.


(H. Mónica Garbarini – Octubre, 2008)

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